Parece
que la pleamar hubiera dejado un resabio en el centro mismo
de la ciudad. No. Imposible.
Lo posible es que los
bahienses comiencen a acercarse un poco más a su hábitat, a
partir de la instalación de las obras de Paula Di Canto, en
esa suerte de pecera que es la vidriera de Sarmiento 181.
Porque Bahía Blanca
--como bien canta su Himno-- no es sólo desierto y pampa:
también es océano, agua elemental para la vida, y vida que
nos compete cuidar.
Con el sentido de crear
consciencia acerca de esta imperiosa necesidad, es que la
artista plástica y un grupo que trabaja junto con ella desde
hace casi una década decidieron abrir una sala de
exposiciones. Y lo hicieron: en el taller de arte y diseño
que dirige Juan Pedro Temporelli a menos de cien metros de
la Plaza Rivadavia. Ricardo Di Canto y "Peto" Medrano se
sumaron por simple inquietud.
"Toda mi obra (quienes
la conocen lo saben bien, y quienes no, están invitados a
recorrerla y preguntar lo que deseen) está enfocada a crear
esta conciencia ecológica", recuerda Di Canto, a quienes
muchos reconocen por la construcción, en público, de El
Cangrejo durante una de las recientes ediciones de la
FISA.
"Mis trabajos están
realizados a partir de materiales reciclados, desde metales
y plástico para las esculturas e instalaciones, hasta
descartes de imprenta como base de mis pinturas", señala la
autora que reúne una amplia variedad de piezas bajo un
título elocuente: "Sin desperdicios".
Dinámico y compartido
"Aquí se puede ver parte
de mis series anteriores, pero la obra central es nueva
--comenta, situada en el nuevo proyecto--: la instalación de
peces y burbujas que se aprecia desde la calle, y el grupo
de peces que está en el fondo de la sala principal, son de
creación reciente. En cambio, los peces-taquilla que reciben
a los visitantes (algunos los recordarán) forman parte de mi
primera intervención, que realicé sobre la pared de la
esquina de mi casa, en 9 de Julio y 2º Moreno, hace tres o
cuatro años.
"Este nuevo proyecto es
muy dinámico. La idea es probar qué respuesta tendrá la
propuesta dentro del circuito bahiense. Y es por eso que, en
este momento, por ejemplo, recibimos el apoyo de la
Asociación Ambientalistas del Sur. Ellos, a través de este
espacio, quieren también convocar a nuevos socios.
"Después, la idea radica
en mantener parte de mi material, pero dejar espacio para
invitar a otros artistas, cuya obra tenga un contenido
ambientalista o que algún aspecto de su obra esté vinculado
con conservacionismo, y a la vez, conseguir el apoyo de
nuevos mecenas que permitan la continuidad del espacio con
recursos propios".
Además de las piezas
mencionadas, Paula expone flores y pájaros, y otras obras de
pequeño formato, inspiradas en la fauna y flora local,
algunas lámparas, y monocopias de rechazo y grafismos en
indeleble.
"El próximo proyecto que
presentaremos será el de las `Flores pets', que instalaremos
en el patio. Ese sector estará disponible para fines de este
mes, cuando comience la primavera", anticipó.
La sala estará abierta
al público, de lunes a viernes, de 16.30 a 20.30. Además,
durante algunos fines de semana se realizarán eventos
intermedios relacionados con el arte, la conservación del
medio ambiente, a través de talleres, presentaciones de
proyectos y charlas. Esta alternativa está también abierta a
la inquietud de posibles expositores.